Allí, en la cama y desnuda
tú irradias luz, como vela encendida
esperando que con un beso,
uno largo y ahogado,
se enciendan otros fuegos.
En las penumbras me esperas,
en la dulce calígne de la noche
aguardas con tu cuerpo desnudo
aguardas por que no derroche
la chance de estar en tus brazos.
Me brindas tu espalda
me observas con ESA mirada...
el fuego aún no ha comenzado
apenas es como la llama de la vela
pero la noche recién está empezando...
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